En este tiempo los socialistas hemos demostrado una férrea determinación para hacer realidad muchos de nuestros compromisos, pero también la fidelidad a unos principios y valores de justicia social, igualdad de oportunidades y protección a los más débiles, que la sociedad española ansiaba y que claramente identifica con el PSOE.
El 6 de junio se cumplen tres años de la llegada de Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno, después de prosperar la moción de censura contra Mariano Rajoy, presentada a raíz de la sentencia por la trama ‘Gürtel’ y su negativa a asumir la responsabilidad política ante un caso tan grave de corrupción, arrastrado durante años.
Se inició así un nuevo tiempo en la política española. Intenso, novedoso y lleno de transformaciones. Un tiempo en el que los socialistas hemos demostrado una férrea determinación para hacer realidad muchos de nuestros compromisos, pero también nuestra fidelidad a unos principios y valores de justicia social, igualdad de oportunidades y protección a los más débiles, que la sociedad española claramente identifica con el PSOE.
Aquel ejercicio de responsabilidad y audacia política, cuyo aniversario recordamos, dio paso a un Ejecutivo “socialista, paritario y europeísta”, decidido a dignificar las instituciones y a cambiar el rumbo de la acción política hacia un horizonte de progreso para nuestro país, que contribuyera a mejorar la vida de la gente.
Desde entonces, y habiendo sido refrendado ese camino en las dos elecciones generales celebradas y ganadas por el PSOE, el Gobierno progresista que se conformó ha continuado -a través de las decisiones del Consejo de Ministros y de las leyes aprobadas en el Parlamento- con su tarea de hacer de España un país más justo, libre e igualitario. Y todo ello haciendo del diálogo y la búsqueda de consensos su forma de hacer política.
A raíz de la crisis pandémica y sus consecuencias, el Gobierno ha redoblado esfuerzos y, más allá de lograr la recuperación del país, está plenamente decidido a impulsar y modernizar nuestro sistema productivo y a llevar a cabo importantes reformas y transformaciones como nunca antes en nuestra reciente historia, para así abrirnos a un futuro más próspero, esperanzador y lleno de oportunidades.
TRES AÑOS DE POLÍTICAS PROGRESISTAS
En estos tres años son muchos los hitos logrados. Los más vulnerables han encontrado a un Gobierno convencido de la necesidad de desplegar un escudo social que les proteja y de oportunidades y, prueba de ello, fue la aprobación del Ingreso Mínimo Vital.
También son muchas las familias y colectivos que se han visto favorecidas por las importantes subidas del Salario Mínimo Interprofesional, del salario de los empleados públicos –y su reposición tras años de reducción de efectivos-, la recuperación del subsidio para los mayores de 52 años, el impulso a la vivienda social, la ampliación de la cobertura social y los derechos para los autónomos, o el incremento de la capacidad adquisitiva de las pensiones.
Que más recientemente, mediante un esfuerzo sin precedentes, y con la finalidad de proteger la salud, el empleo y la actividad empresarial de la crisis provocada por la pandemia, ha elevado el grado de protección social hasta cotas nunca antes vistas, con los ERTE y sus sucesivas prórrogas, y diseñado un proceso de vacunación masiva de la población frente al Covid.
También nos hemos convertido en estos años en un país más igualitario gracias a que se ha recuperado e impulsado la Sanidad Pública, invertido más recursos en la lucha contra la violencia de género, en una Educación de calidad -más inclusiva y equitativa-, o equiparado los permisos de paternidad y maternidad; sin olvidar que este Gobierno siempre ha tenido a gala y mostrado con hechos que es y se siente feminista.
El Ejecutivo progresista en su lucha por una sociedad más justa, en la que se abren paso la verdad, la justicia y la reparación, como principios básicos de nuestra memoria democrática, ha decidido además garantizar la libertad y dignidad al final de la vida aprobando la primera Ley de Eutanasia.
Un país decidido a dar un salto cualitativo con la aprobación de la primera ley de Cambio Climático y Transición energética, que cuenta con unos Presupuestos Generales del Estado elaborados para aprovechar desde ya la inyección de unos muy peleados Fondos Europeos que, mediante el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, guiará la ejecución de 72.000 millones de euros hasta 2023, el 50% de los recursos con los que cuenta España gracias al instrumento aprobado por la UE.
A este Gobierno le restan aún 32 meses de legislatura para continuar avanzando en la tarea de construir un mejor futuro para todos, sin dejar a nadie atrás. Para ello, seguimos con paso decidido, fuerza renovada y la determinación intacta.